lunes, 24 de abril de 2017

¿ES EL DESTINO O LA CASUALIDAD?
Cuando ocurre una catástrofe como la que hace poco nos ha sacudido; viene siendo habitual leer en los periódicos, o escuchar en la televisión aquello de: "Un cambio de planes de última hora le salvo la vida". Y me pregunto si ese cambio de última hora tiene algún sentido. Me pregunto muchas veces si tiene algo que ver el destino de cada uno de nosotros. Si ya tenemos prefijado el día en el que nos tenemos que marchar. Y hasta que no cumplimos lo que vinimos a hacer en esta vida, permanecemos aquí a la espera de que se realice. Tengo un amigo que estando trabajando en la restauración de la Seo, se cayó desde una altura de 20 metros por el andamio abajo y solo se rompió el omóplato. Sin embargo, hay otros que con una simple caída se matan. Personalmente puedo decir que en muchas ocasiones he estado al borde de cruzar el río Estigia. Por si acaso las intuiciones son verdad; solo desearía no fallar cuando se presente la circunstancia por la que, se supone, he venido a este mundo. Pero la noche es tan oscura, las dudas  tan grandes y la tentación tan fuerte, que solo me queda la estrella Polar para encontrar el norte.
NO SOPORTO A LOS VALIENTES

Me gustan los cobardes que dicen las verdades a la cara. No soporto a los valientes que te clavan sucesivamente el puñal por la espalda. Y cuando les llevas la contraria, se sienten ofendidos y te insultan.  Me gustan los que van a la montaña con temor. Y me disgustan los valientes, seguros de sí mismos, que hacen caer a otros. Sobre todo, me gustan los muy, muy cobardes que se tiran sin pensárselo dos veces para salvar a quienes el  valiente  perdió. Me sacan de quicio los valientes que se meten en los partidos políticos para medrar, aduciendo estar comprometidos y ¡bla, bla, bla! Y una vez lo consiguen, utilizan su puesto para sus venganzas personales. Me producen ternura aquellos  cobardes que cantan las 40 a éstos sinvergüenzas a pesar de lo que les pueda pasar. Estoy en guerra contra esos valientes que encabezan las manifestaciones para figurar, no les creo. Cobarde sí, no sabes cuánto. Pero ten cuidado. Estoy en guerra contra ti que eres de esos, y te lo digo en la cara, ¡cuídala! No sea que te la parta con un beso. Tú, si tú. El que está leyendo estas palabras. Estoy contra ti  y contra todo lo que tú representas. Habláis, y cuando lo hacéis, vuestras palabras saben a muerto. Tú ya sabes a quién me refiero

EL EGOÍMO DEL CLIENTLISMO POLÍTICO Y DE LOS GRUPOS DE PRESIÓN
 Podría hablar de Grecia y su corralito, pero no, ¿para qué voy a abrir la boca, si no sé qué decir? Podría decir algo sobre las jubilaciones a los 52 años de los peluqueros y de otros profesionales griegos. Pero no, para qué si no comprendo nada. También podría hablar de lo que le dijo una guía turística a un cliente mío estando éste de vacaciones en Atenas. Cuando se percató de que la gran mayoría de las casas que hay en la ciudad, están inacabadas debido a que de esta manera, la gente del lugar se ahorra de pagar el IBI. Pero no, no creo necesario hablar del asunto. Tampoco voy a insinuar nada sobre la lógica situación en la que se encuentra Grecia, dada su ineficaz administración, creo. De lo que sí quisiera hablar largo y tendido, es del egoísmo en general y en particular, del griego: del egoísmo traducido en clientelismo político y el de los grupos de presión. Unos por querer perpetuarse en el Gobierno y otros, por querer sacar tajada de esa ansia. Como decía mi madre: "Unos por otros, la casa sin barrer". ¿Tenemos lo que nos merecemos? Para qué voy decir más...

LA AMABILIDAD DE NUESTROS PUEBLOS
El jueves Santo llegué a Montalván a las 18 horas. Bajé caminando por la ribera del río Martín hasta Obón. Debido a las últimas lluvias, el río se llevó con él las pasarelas y en muchas ocasiones tuve que meterme en él para cruzarlo. Llegué a mi destino a las 23 horas. El encargado del albergue "La Marisica"; un chico joven, estaba departiendo animadamente con sus amigos en la plaza del pueblo. Le pregunté si tenía una habitación libre y me dijo que no. pero que si no me importaba dormir en un colchón en el suelo, algo se podría hacer. Le dije que encantado y después de cenar, fuimos los dos al albergue. Me ofreció la sala de calderas para secar mis ropas. El desayuno del día siguiente. Y una habitación donde tendió el colchón. Le pregunté cuánto había que pagar por todo y me dijo que nada, que no podía cobrarme por dormir en el suelo. No me pidió el DNI ni el nombre ni nada. Cuando entramos en el comedor, unos chicos jóvenes estaban tomando café, torta típica del pueblo y licores. Enseguida me invitaron a sentarme con ellos y compartir sus manjares. Después sacaron una guitarra y nos pusimos todos a cantar. Al día siguiente, mientras me dirigía caminando hacia Alcaine por el cañón del río Martín, pensé escribir un artículo en agradecimiento al encargado del albergue por todas sus atenciones, por su buena fe y el buen rato que pasé aquella noche gracias a él. Gracias Obón por tu acogida, nunca se me olvidará.
EL MONTE, LA NIEVE Y LAS RAQUETAS
 El monte se torna mujer cuando lo cubre la nieve. Sus lomas atormentadas, se convierten en suaves caderas. Sus enhiestos picos se transforman en romos senos cuando ella, rendida, cae desde arriba a sus pies. Es un peso que no pesa y no molesta, ella se está quieta. Su nervioso relieve se desahoga cuando ella atiende a sus requerimientos, se recuesta mansamente sobre él. Y lo calma y le besa y le acaricia y le susurra al oído y le cubre poco a poco, copo a copo de  un manto de néctar blanco, que a él le sabe a gloria. Penetra la nieve, lo cala hondo y lo deja preñado de esperanza. Con el deshielo, regará con su semen el resto de la tierra. Y flores en primavera parirá  la tierra sin dolor... Domingo 22 de febrero, día del raquetista en Aragón. Hoy, la Federación de Montañeros ha fletado dos autobuses para que podamos disfrutar de la nieve. Nos ha regalado un viaje estupendo en bus, una mochila y un vaso de caldo. Todo por 12 euros, ¿no es esto un regalo? Todo ha salido a la perfección: mucha nieve, el día nos ha respetado, el viaje tranquilo... En fin, todo. La Asociación de Montañeros de Aragón también colaboró en la organización del evento. Ellos han sido los que nos han guiado y han velado en todo momento por nuestra seguridad, y como siempre, han estado intachables. Levanto mi copa desde aquí para felicitarles por el día tan agradable que nos habéis hecho pasar. Muchas gracias a todos, chicos.
¿POR QUÉ ESCRIBIR?
 Escribir es hablar contigo mismo, oírte decir las cosas, relamer las palabras, contarlas, elegirlas para que suenen mejor, más bonito... Hay ego en esto. Por otra parte, cuando se escribe para otro u otros, todavía hay más ego. Una vez le pregunté a un escritor: "¿por qué escribir un libro si hay tanto escrito?". Y él me respondió: "Es bueno tener algo de ego". Aunque no me quedé muy satisfecho con la respuesta, no volví a preguntar. Siempre me han dicho que tener ego es malo, así que esperaba encontrar por mí mismo la respuesta. Y creo que la he encontrado, me explico: "Supongamos que yo fuera médico y quisiera triunfar en mi campo en el sentido de ganar fama, prestigio, además de dinero y posición. Si yo lo consiguiera a través del descubrimiento de alguna vacuna, mucha gente se beneficiaría de mi hallazgo, ¿verdad? Pero mi intención primera no era salvar vidas, sino ganar poder. Yo estaría enfocando mal las cosas, mas, el resultado sería el optimo. Estimo que la educación que nos dan en los colegios, va más en el sentido del ego. El sentido del culto a la imagen, y menos en el de hacer las cosas por amor a la sabiduría y por ende, amor al prójimo. La verdad es que, muchas veces me pregunto cuál es la razón por la que escribo y, sinceramente, creo que lo hago en primer lugar, porque soy egoísta. Quizá necesite el reconocimiento de los demás para yo reconocerme. Esto es una dependencia que de momento me esclaviza, pero me ayuda a trabajarme mi autoestima. Y eso, sí que le puede ayudar a alguien que me esté escuchando. Le pregunté una vez a un psiquiatra: "Si sube la autoestima, ¿qué es lo que baja?". Y él me contestó: "Baja las depresiones". Gracias a los periódicos. Gracias a los que, por accidente o no, me leen. Y sobre todo, gracias a todos por hacerme sentir útil.
SI NOS ROBAN LA PAZ, NOS QUITAN LO MEJOR
 Leyendo en el HERALDO del día 24 de febrero lo ocurrido en Fuentes Claras, me ha venido a la cabeza algo que me sucedió no hace mucho: "resulta que una banda de delincuentes andaba limpiando las tiendas del barrio de San José en Zaragoza. Lo hacían al mediodía, aprovechando que muchos de nosotros no cerramos las persianas de nuestros negocios. Pues bien, para no ser yo menos que los demás, también a mí me limpiaron la caja y me rompieron el cristal. Desde entonces, estuve una larga temporada cerrando la persiana y dejando la caja sin un céntimo. Los cacos no solo me quitaron el dinero, sino que se llevaron con él mi paz. Hasta que un día dije ¡basta! Y les puse un cartel en el cristal que decía: "Querido ladrón: en la caja no hay dinero. Pero si quieres, yo te podría ayudar a encontrar un trabajo mejor". A partir de ese día volví a dejar mi persiana abierta al mediodía". No debemos de consentir que nos inoculen el miedo con estas cosas, porque nos robarían lo mejor de nosotros. La hospitalidad, la gente campechana, la generosidad con la que dan la bienvenida a los extranjeros en los pueblos son tradicionales, forma parte de nuestra cultura, es nuestra forma de ser. Recuerdo que antes solían dejar las casas abiertas y cuando alguien visitaba el pueblo, la gente le obsequiaba con frutos del campo. Si hay algo que maravilla a los que hacen el camino de Santiago es precisamente esto, que los campesinos los reciben con los brazos abiertos. Considero que somos dueños de nuestro miedo. No consintamos que nos roben también la paz.
OMAR SHARIF O EL ARTE DE DEJARSE HACER
Cuando se elige una profesión, no solo se escoge un trabajo. No solo se designa una forma de ganarse la vida. No es una decisión cualquiera, como aquel que se compra unos pantalones. Cuando decidimos a lo que nos vamos a dedicar el resto de nuestros días, seleccionamos un camino. Es como aquel que nombra a un profesor para que haga de él, un profesional. En realidad, la obra de arte no está fuera; somos nosotros, eres tú. Está en potencia, y el amor por el trabajo que hemos adoptado, será nuestro guía para que aflore. Al igual que a  Federico García Lorca, a  Omar Sharif también le afloró. Él era el objeto labrado. Y sus obras, no son más que el producto de lo que tenía en su interior. Cada una de sus películas, hacían en él el mismo efecto que un martillazo en el mármol. Cada una de las poesías de García Lorca, fueron como la raspadura de un cincel. La herramienta tan solo fue quitando lo que sobraba y dejando lo que ya era desde el principio. Dicen que no hay nadie imprescindible, y puede que tengan razón. Pero, sí somos insustituibles. Nadie volverá a interpretar las películas como lo hacía Omar Sharif, nadie volverá a escribir poesías como lo hacía Federico. El amor es un martillo, es un pincel, es una pluma, es una cámara... Solo hay que dejarse hacer.
"LA TIRITA ANTES QUE LA PUPA"
 Hoy, como todos los días fui a comer a las 13:30. Cuando llegué a la calle Miguel Servet, vi a dos niños que iban en patinete a toda leche por el medio de la calzada. Me llevé las manos a la cabeza y cerré los ojos. Sonó un frenazo y tras él, un golpe. Los dos niños salieron volando por los aires hacia la pared. Un coche que venía con prisa por la calle del Hermano Adolfo para coger el semáforo en verde, al girar en dirección al Pilar se topó de morros con el coche accidentado. No pudo evitar chocar con él. La colisión fue tan fuerte que lo desplazó a la calzada del sentido contrario. Otro coche que venía de frente, por tratar de esquivarlos se empotró en una frutería desparramando toda la fruta por la acera. Un camión que venía de Alcañiz a descargar en el Mercado Central, saltó por los aires y al caer al suelo se prendió fuego. Una moto que apareció de súbito en la escena del accidente, resbaló con el aceite que había esparcido en la calzada y se vino al suelo. Hubo una explosión ensordecedora, quemando todas las casas colindantes. En ese preciso momento abrí los ojos y, y soplé de alivio. Todo había sido producto de mi imaginación, menos mal-me dije-. Fui a la frutería donde habían entrado los del patinete y hablé con la que, se suponía que era su madre para denunciarlos. Les expliqué lo que podía haber pasado y en todo momento me dieron la razón.  Reprendieron a los inconscientes chavales, ellos pidieron perdón y prometieron no hacerlo más.
¡QUÉ CABECICA TIENE EL OTOÑO!
Pues no termina de llegar el otoño, no ¿qué le pasará? Todo está preparado para que le dé una mano a los montes y a las praderas. El caballete, la paleta, las pinturas y los pinceles están listos ya. Incluso se han apresurado en colocarle una fina alfombra de hojas para darle la bienvenida. ¡Qué detalle! A estas alturas, los árboles desean vestirse de tierra, están ansiosos por irse a soñar. Fatigados están de tanto trabajo como han realizado. Quieren desnudarse e irse a dormir, ya no pueden más. Pero el otoño no viene, ¿qué le pasará? Seguro que se le habrá olvidado algo y habrá tenido que regresar. ¡Qué cabecica tiene el otoño! Es que ya no queda seriedad. Esto en mis tiempos no pasaba, todas las estaciones llegaban puntuales a su cita. En mis tiempos; cuando quedabas, quedabas y nada más. Con un apretón de manos, sobraba. Hoy todo está cambiando que es una barbaridad. Hoy no queda respeto, ni la palabra es palabra, ni "na de na". A ver cuando se digna su excelencia en hacer acto de presencia, que el respetable tiene ganas de irse a descansar.

EL CONCEPTO QUE TENEMOS SOBRE EL VALOR DE LA VIDA HUMANA

Decía Sócrates que una experiencia en la que no se ha meditado, es una experiencia perdida. Pues bien, no quiero dejar pasar esta oportunidad para meditar en voz alta en lo que ha pasado en España a raíz de que el Gobierno decidiera repatriar al misionero Manuel García Viejo. Ya se sabía desde hace mucho tiempo que, en África, cientos de personas estaban muriendo por el virus ébola. Mas, ningún grupo social dijo nada. Nadie se ponía manos a la obra. Ningún país dijo esta boca es mía. Tampoco las farmacéuticas dijeron nada. Yo tampoco. Solo los misioneros estuvieron allí, ¿sí? Se infecta Manuel, y el Gobierno decide repatriarlo. Unos dicen que bien, otros que para qué. Muere García Viejo. A los pocos días aparece Teresa Romero infectada.  El Gobierno, por precaución, decide sacrificar al perro de Teresa. El marido de ésta cuelga un vídeo en internet pidiendo ayuda para que no lo maten. Mientras África muere, aquí se organiza la de Dios en defensa del perro. Surgen otros casos de contagio por el virus ébola en Estados Unidos y Alemania. Muchos países se suman en la ayuda a África, entre ellos está España. Por duro que esto sea, hay que reconocer el origen del mal. No ya para destruir a las personas, sino porque toda curación procede de un buen diagnóstico de la enfermedad. Y según se desprende de lo anteriormente expuesto; la verdad es que produce más alarma social el sacrificio de un perro, que la muerte cierta de miles de personas en el tercer mundo. Y Teniendo en cuenta este factor, cualquier cosa se puede comprender mejor. Dice un refrán popular: "Cuánto más conozco a las personas, más me gusta mi perro". Ahora comprendo este revuelo, ¡puf! Tenía razón Sócrates, hay que meditar. Quizá en esto resida la curación de todos nuestros males...

FRANCISCO GINER DE LOS RÍOS O LA SOLEDAD DE LOS HOMBRES
 Hace 100 años que murió Giner de los Ríos. Y parece que fue ayer, porque su huella aún  perdura en nosotros. Evidentemente no tuve el placer de conocerlo, pero lo poco que sé de él, me remueve los instintos maternales que no tengo. Aunque de ser mujer, me hubiese gustado haberlo parido. Puedo imaginarme los obstáculos que se encontraría en su camino. Obstáculos que quedan resumidos en el refrán castizo que dice: "Más vale malo conocido, que bueno por conocer". ¡Qué pena! Muchos de los que hoy lo alabamos; de haber sido coetáneos suyos, quizá le hubiéramos puesto de vuelta y media. Porque todo lo nuevo produce miedo y rechazo. "A toro pasado, todos somos Manolete", dice otro refrán. Hoy reconocemos su valía y valentía. Pero, cuántos  hay hoy día, que como él proponen otras maneras de hacer y se ven criticados y marginados, crucificados en aras del inmovilismo. A Giner no lo mataron con cicuta como a Sócrates por pervertir a la juventud, pero hay muchas formas de asesinar. Como hay también muchas formas de dejar vivir. Se cumple hoy el centenario de la muerte de un adelantado a su tiempo. Pero la historia es como las agujas de un reloj. Obstinadas en contar los movimientos de su péndulo una y otra vez sin ningún sentido, como Sísifo con su piedra. El sentido no es lo que hizo, sino su forma de afrontarlo, su disposición y la aceptación de las consecuencias que ello le reportó. En muchas ocasiones, la soledad es el precio que hay que pagar por atreverse a decir o realizar lo que es políticamente incorrecto. Una y otra vez la historia nos lo demuestra: Sócrates, Jesús, Gandhi, Martin Lutero, Miguel Servet, Juana de Arco, etc. A sabiendas de lo que les podía pasar, pagaron con su vida el tremendo crimen de decir lo que pensaban. Pero gracias a su sacrificio, hoy podemos decir que estamos dando pasos en la consecución del  conocimiento, ¡qué paradoja!
ERASE UNA VEZ ZARAGOZA EN UNA MACETA

Aquí vivo, en ti Zaragoza adoptiva. Aquí  vine montado, no por casualidad, en una cálida brisa que me dejó plantado en una maceta... Eché raíces rodantes, aunque no son profundas, me permitieron dar alguna que otra vuelta por el mundo. Aquí me salieron tres ramas; sin embargo, me cortaron una. Aquí me salieron alas en la imaginación para ir  a donde yo quisiera. A las montañas aladas, a las que voy volando siempre que quiero. Ella es mi amada, y yo soy su ruiseñor. A ella le pío y ella me da de comer en la boca y yo le aleteo con las alas así: "¡blublublu!"... Ella me comprende y yo la siento sin decir nada y me hace el amor y yo le sonrío y no le digo ni pío... En ella mi alma se sosiega y se rebela y se calma y se revoluciona y se extasía... Las raíces  me enraízan y las alas me dan alas. Para volar sobre los pinos, ibones y cordilleras. Zaragoza: llegué a ti como me he de ir, con las manos vacías y el corazón lleno.  Mas, he de confesarte que pude vivir sumergido en mi mundo de cuentas, cuentos y descuentos. No obstante, entremedio hubo de todo y en otros momentos me hiciste feliz. 

CANTO AL BANDOLERO JUAN ESPÉS “EL GREÑICAS”
 No hace mucho, subí a la Muela que hay en Montalbán. Al llegar arriba, me encontré con un cartel que indicaba la situación de la cueva donde se escondía el bandolero “Greñicas". Al llegar a casa, me puse a indagar en Internet sobre la vida de este hombre. Y sentí compasión por él, decía así: "A finales del siglo XIX, Juan Espés se vio obligado a esconderse en el monte por haber desafiado a un adinerado y apoderado cacique de Montalbán al enfrentarse a él por los abusos que cometía contra los pobres y al que dejó malherido tras  su pelea. Tuvo que huir y encontró refugio en el macizo de la Muela”…  Así empieza la leyenda de este hombre y, después de muchas vicisitudes, se cree que exilió en Francia, aunque yo lo dudo... Me dije:"¡qué mal tratamos a nuestros mejores hombres!", y quise contribuir con esta humilde poesía para subsanar tanta injusticia : “¡Ay, Montalbán, Montalbán!/ que abrevas tu huerta en el río Martín,/ carámbanos sus nidos colgarán/de tus cornisas en diciembre sin fin./ Dedos de roca de encanecido cabello,/ en Valdemiguel catedrales alambicas,/ a lomos de tu muela, blanco caballo,/ devuélvenos al bandolero, "Greñicas"./ Meseta del lobo estepario,/ cueva para los ojos prohibido,/ desahuciada del tiempo funcionario/a las órdenes del Ministerio del Olvido./ En tu morrón royo, arneses,/ mirador de tu valiente osadía,/ retoma tu gesta, más que les pese,/ que quiero ser de tu cofradía./ Cabalga Quijote de tendida mano/ de nuevo por la Sierra de Montalbán,/ que hay mucho gigante insano,/ que el cacique se come nuestro pan./ Infúndeme de lo que te sobra, hermano,/ ¡qué solo y cansado te sentiste aquel día!/ Cuando perseguido por tus paisanos/te fuiste, dejando atrás, lo que más querías./”
CON EL CAMPING DE PINETA EN EL CORAZÓN

El cierre de la zona de acampada libre que hubo frente al parador Nacional de Pineta, dejó a mucha gente acongojada. Esta es la historia de uno de ellos: "Pineta, me hiciste polvo el retiro, / yo que pensaba morir bajo tu techo,/ tú que me  dabas vida, yo que por ti respiro,/ yo que anhelaba acostarme en tu lecho./ Los veranos sin ti no son fáciles,/ qué triste hoy me siento/ al recordar los días felices/ que en tus praderas fueron cientos./ Nos salieron los dientes fijos/ mamando de tus verdes pechos,/ acunados con nanas del Cinca, mis hijos,/ crecieron alegres, fuertes y derechos./ Acechando terribles luciérnagas en la noche,/ ¡Uh! Se emboscan intrépidos cazadores.../ Añisclo, Marboré, Los Astazu, ¡qué derroche!/ Se olvidaban del año, los sinsabores./ Recordaré tu fauna y tu flora con respeto, / los amigos que para mí cuentan, las sobremesas, los parapetos; / los truenos, que el eco del valle aumenta. / Todos morimos un poco contigo/ al saber de tu fallecimiento, / la desidia fue en tu entierro el testigo/ de lo que hoy tanto lamento. / 30 años veraneando se dicen pronto sin prisa, / camping de Pineta, de mí te quedas  dentro; / bar de la Encarna, las juergas, los juegos, las risas…/ Todo el campamento sigue hoy detrás de tu féretro. / Sepa usted Sr. Alcalde,/ que tanto a Bielsa como a nosotros, / nos podó la vida el Ayuntamiento  de balde, / recuérdelo, cuando se quede sin votos. /Porque, de qué vale un pueblo sin gente,/ a quién aprovecha si el comercio se viene abajo,si del paisaje estamos ausentes,¿quién le dará a usted trabajo?..."


HOMENAJE A MI QUERIDO CLIENTE  LUIS RODRÍGUEZ VILLAR

Zaragoza 9 de enero del 2013. Un agente de la Policía Nacional se lanzó ayer por la tarde al Ebro, a la altura  del Balcón de San Lázaro, para intentar rescatar a un hombre al que acababan de ver precipitarse al cauce del río. El policía logró sacar con vida a L. R. V. de 71 años, natural de Jaca y con domicilio en Zaragoza. Sin embargo, su estado empeoró y pese a las maniobras de reanimación que le practicaron durante más de media hora, tanto este funcionario como un equipo sanitario, el anciano falleció. Querido Luis: Ya hace más de 2 años que te fuiste, pero aún te recuerdo con cariño. Recuerdo que siempre que pasabas por mi puerta, me saludabas alegremente. Decías que yo era tu paisano porque, como tú, también me apellido Rodríguez. Recuerdo que todos los años, por Navidad, solías traerme calendarios. ¿Te acuerdas de Avelino? Aquel amigo tuyo que tenía esclerosis múltiple y vivía en un segundo piso sin ascensor. Aquel que me dijiste que fuera a cortarle el pelo, pero que no le cobrase mucho, pues su pensión no le alcanzaba para llegar al final de mes. Se fue con su mujer a Valencia hace más de un año para vivir cerca de su hija. Ya sabes lo unidos que estaban. La verdad Luis es que, cuando me dijeron lo sucedido, sentí como si me faltara el aire. La gente del barrio de San José lo sintió mucho. Por un tiempo, en la calle solo se hablaba de ti, de tus cosas y  de tu forma de hacerte querer... En un pequeño recuadro del periódico salió la noticia, aún la guardo. Querido Luis, no me dio tiempo a despedirme de ti y por eso te escribo esta carta aunque, no sé a qué dirección enviarla. Ya me perdonarás. Pero, por si te llega, quiero darte las gracias por todo. Un fuerte abrazo. Venancio.

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